Solicitamos al Ayuntamiento de Zaragoza que preserve el carácter peatonal, de ocio y estancia de los bulevares de Sagasta y Constitución dirigiendo el tráfico de bicicletas a la calzada, y actuando en ella.
ACERA PEATONAL tiene como fin primordial la defensa de los intereses de las personas que se desplazan sin hacer uso de vehículos (con la excepción de sillas de ruedas), prestando especial atención a niños, mayores, y a aquellas que tengan una movilidad reducida, y su objetivo más inmediato es la recuperación de las aceras para todos ellos, a fin de que puedan ejercer su derecho a moverse en libertad y de forma segura.
Hace 7 meses en este mismo salón de Plenos les pedimos su ayuda para lograr que los muchos ciclistas que de forma equivocada circulaban por las aceras de Zaragoza pasasen a circular por la calzada. Aunque muchas voces decían que ni lo intentarían, nosotros estábamos convencidos de que ustedes eran imprescindibles para lograrlo. Hoy podemos felicitar a los muchos ciclistas zaragozanos que han dejado de circular por las aceras, devolviéndolas a los peatones. De una forma especial nos dirigimos a Carmen Dueso y a sus técnicos.
Según el análisis llevado a cabo en el Plan de Movilidad Sostenible de Zaragoza, el modo de transporte con más importancia en la ciudad de Zaragoza es a pié (38,17%), seguido muy de cerca por el transporte público (37,4%).
Pero CAMINAR, PASEAR no sólo son hechos funcionales o formas de desplazamiento: son también maneras de estar en el mundo, de vivirlo. Solamente a pie podemos ver y pensar cabalmente al Otro como un fin en sí mismo y no como un obstáculo a esquivar o adelantar; solamente a pie podemos entablar el tipo de contacto que más humanos nos hace y más gratificación nos aporta, generando colaboración, relación o asociación para los más diversos fines sociales o personales. Solamente a pie podemos admirar en toda su dimensión cuanto nos rodea: personas, arquitectura, paisaje, escaparates...interactuando cercana y directamente con todo ello. Por eso el objetivo del caminante, del paseante, no es llegar a un destino en el menor tiempo posible, sino el camino mismo.
UN VIAJE AL PASADO
Les proponemos un breve viaje en el tiempo, a una época de la que algunos tienen recuerdos de juventud y otros apenas de su feliz infancia, como el concejal más joven de esta corporación que disfrutaba de sus 8 añitos. Vamos a 1986. Ese año se inaguró el puente de la Almozara, nació el Ligallo Fondo Norte, hubo una intensa huelga de autobuses, fue elegido Alcalde el Sr González Triviño, y se aprobó la Ordenanza Municipal de Uso de Zonas Verdes.
Esta Ordenanza regula desde hace 28 años “el uso de los espacios libres y zonas verdes” y trata de proteger “la tranquilidad y sosiego que integran la propia naturaleza de las zonas verdes” (Art 8).
La Ordenanza no permite “la circulación o estancia de vehículos a motor” y sí que las bicicletas circulen “libremente por las zonas verdes, salvo prohibición o limitación expresa, siempre que lo hagan por vías y caminos de anchura suficiente para no interferir el uso peatonal, debiendo mantenerse fuera de los jardines y espacios plantados y circular a velocidad moderada salvo que se trate de circuitos exclusivos de entrenamiento, competición o fines similares, temporales o permanentes.”
En aquellos años no se contemplaba el uso de la bicicleta como elemento de transporte, y la exigencia de circular a “velocidad moderada” y la protección del sosiego apuntan al uso de la bicicleta como ocio, ese que muchos hemos conocido y hoy disfrutamos en nuestros parques.
TRANSPORTE NO ES OCIO
28 años han pasado desde aquella Ordenanza. Mucho ha cambiado la movilidad en Zaragoza. Planes Generales de Ordenación Urbanísitca (PGOU), un Plan de Movilidad Sostenible (PMS 2006), el Plan Director de la Bicicleta de Zaragoza (PDBZ 2010) y hasta un Plan Director del Parque Grande José Antonio Labordeta (PDPG 2010). Y en estos 28 años hemos re-aprendido a usar la bicicleta como medio de transporte. Decimos re-aprendido porque es fácil ver en fotografías antiguas a ciclistas por las calzadas o caminos de tierra de esa vieja Zaragoza.
Tratando el uso de la bicicleta en ciudad como un medio de transporte, en 2006 el PMS nos recordada que “una de las conclusiones recogidas en los diversos estudios y encuestas realizadas en aquellas ciudades donde el uso de la bicicleta está más extendido (Amsterdam, Copenhague y Viena por ejemplo), es que la ciudadanía da prioridad al ahorro de tiempo frente a otros factores a la hora de seleccionar la bicicleta en su desplazamiento diario.” Este ahorro de tiempo en desplazamientos es propio al uso de transporte y opuesto al sosiego y la circulación a velocidad moderada de la Ordenanza. De hecho el propio PMS valora que “las velocidades propias de las bicicletas en medio urbano pueden rondar los 15-20 km/h” y el PDBZ dice que en ningún caso se admiten velocidades de diseño de las vías ciclables inferiores a 10 km/h”.
El PDBZ “persigue el refuerzo de la presencia de la bicicleta como medio de transporte cotidiano y sostenible en la ciudad de Zaragoza” y al hablar de los Principios básicos en el diseño de una vía ciclable (8.1.1) dice que “el ciclista urbano prefiere llegar cuanto antes a su destino de manera cómoda y segura” y dice que apuesta por una “red de vías ciclables destinadas a utilizar la bicicleta como modo de transporte”.
Plan Director de la Bicicleta de Zaragoza |
También en 2010 el Plan del Parque Grande habla de “padres enseñando a sus hijos a ir en bicicleta por la avenida de los Bearneses y abuelos llevando a pasear a los nietos”. Y al tratar la circulación de bicicletas indica que “las bicicletas de paseo o los cuatriciclos de alquiler pueden circular libremente por las avenidas amplias del parque a velocidades próximas a las del peatón” lo que llama “en régimen de paseo” y considera una infracción “desarrollar velocidad que pueda poner en peligro al resto de usuarios del parque”.
VIANDANTES Y BICICLETAS: ALIADOS
Ciertamente, muchas veces también los peatones vamos con prisa y somos obstáculos los unos para los otros. Razón de más para preservar los Paseos como un delicado ecosistema antropológico - quizá el último exponente de una forma de entender la ciudad y cómo habitarla - que debe permanecer completamente libre del concepto de "circulación" de cualquier vehículo, al que siempre le será inherente la velocidad como elemento positivo para llegar cuanto antes a su destino.
Por consiguiente, el espacio de los viandantes se debe pensar sobre todo desde criterios sociales, urbanísticos, paisajísticos y ambientales. El espacio peatonal es un espacio para estar.
La bicicleta es el vehículo más próximo a la marcha a pie en términos de velocidades, espacio ocupado y masa. Tienen ventajas comunes como la de no depender de motores y fuentes energéticas externas al ser humano, no producir apenas residuos ni ruido; son los más saludables y convivientes, y potenciales aliados en la movilidad sostenible.
Por eso desde ACERA PEATONAL apoyamos las medidas correctas destinadas al fomento del uso de la bicicleta como medio de transporte en la ciudad.
Para evitar que los potenciales aliados se conviertan en adversarios de una batalla mal enfocada, hay que tener siempre presente que el objetivo de la alianza entre personas que caminan, montan en bicicleta y utilizan el transporte colectivo no puede ser otro que un cambio en profundidad en el modelo de movilidad; un cambio presidido por la idea de reducir las enormes consecuencias negativas de un patrón de movilidad subordinado al automóvil.
CONCLUSIÓN
El reciente informe de los Servicios Jurídicos del Ayuntamiento concluye que “es posible establecer una senda ciclable” en los bulevares de Sagasta y Constitución, y apunta que debe tenerse en cuenta la prevención establecida en el art 10.7 de la Ordenanza de zonas verdes que exige ” no interferir el uso peatonal, ….. y circular a velocidad moderada”. La consideración como Zona verde es indiscutible. Pero pedimos al Ayuntamiento que no establezca una senda ciclable en estos bulevares.
Imagen del Plan Director de la Bicicleta de Zaragoza |
Solicitamos al Gobierno de Zaragoza y a los técnicos del Ayuntamiento que consideren lo aquí expuesto y comprendan que una Ordenanza de 1986 que habla del uso como ocio de la bicicleta no puede emplearse para introducir tráfico ciclista en una zona peatonal en 2014, cuando el uso de la bicicleta como elemento de transporte se está consolidando en calzada.
Por eso, para preservar el principio básico de prioridad peatonal y las condiciones de comodidad y seguridad de los viandantes les solicitamos que prohíban expresamente la circulación de bicicletas por estos bulevares.
Exigimos a las autoridades que mediante las pertinentes campañas informativas y sancionadoras hagan efectiva la pacificación de las calzadas correspondientes e intervengan en las demás para garantizar la seguridad de ciclistas y peatones. La bicicleta puede ser un aliado del viandante si se orientan las políticas para su promoción sin agravios para los que caminan.